Recientemente han aparecido tarimas técnicas o sintéticas que imitan a la madera y no requieren de mantenimiento. Nosotros opinamos que un parquet de exterior es un producto de lujo y el lujo no entiende de imitaciones. Es cierto que la tarima de madera requiere de un mantenimiento regular, mientras que la tarima sintética sólo requiere de cambiarla o tirarla cuando se ha estropeado.

Es muy importante la buena instalación. La tarima en exterior requiere de una separación entre tabla y tabla para que cuando llueva el agua se vaya rápidamente por estas aberturas. Funciona así: la tarima debe instalarse sobre unos rastreles y estos a una suela de hormigón con desnivel para que el agua no quede estancada bajo el parquet. En caso contrario pasará lo que se ve en las fotos de un suelo que tuvimos que restaurar.

 Aquí sucedió, 5 años antes, que se instaló la tarima de IPE con rastreles de tratamiento pobre (cuperización) y sobre un suelo sin desnivel.  Al llover, se estancaba el agua bajo el suelo y los rastreles acabaron pudriéndose. 

Resultado; tablas sueltas, suelo desalineado y una pisada muy mala por toda la superficie.  Ademas, al barnizar la tarima, cosa que no recomendamos, pues el barniz se estropea al tiempo y eliminarlo es muy laborioso, hubo que lijar todas las tablas para dejarlas como nuevas. Nosotros siempre aplicaríamos aceite para exterior una vez al año o dos con rodillo y nada más. 

En resumen, la restauración de este suelo requirió, quitar todo, hacer surcos al suelo con una radial para que evacuara el agua de las lluvias, volver a enrastrelar todo a nivel, lijar todas las tablas, instalar la tarima con grapas de acero inox y aplicar 2 manos de aceite para exteriores.